Metalurgia latinoamericana forja optimismo para el 2022

Publicado el 14 febrero 2022

El alza de los precios y el incremento de las cantidades vendidas en respuesta a la mayor demanda durante el año pasado augura un buen año para los metales refinados en la región.

En el 2022 se enfrentará el reto de mantener el crecimiento económico luego del agotamiento del efecto rebote posterior a la pandemia. Afortunadamente, los países latinoamericanos cuentan con productos de alta demanda internacional que contribuirán a sobrellevar la situación.

Entre los sectores con perspectivas positivas está la metalurgia, en vista de la recuperación de la construcción, la industria tecnológica y la incertidumbre inflacionaria que eleva el precio de los metales preciosos. Además, el potencial de beneficio no se da únicamente para mineras y refinerías. Los proveedores de cualquier bien o servicio involucrados de manera directa o indirecta también pueden aprovechar la apertura de la ventana.

En la región existen grandes y abundantes yacimientos polimetálicos, de carbón y de metales raros que pueden enviarse como concentrados o ser vendidos con un nivel mayor de procesamiento sin perder competitividad en el precio que pagan los clientes. Por ende, en algunos lugares estratégicos desde el punto de vista logístico existen refinerías dedicadas al procesamiento de los minerales para obtener láminas, lingotes o aleaciones.

En paralelo a la parte puramente metalúrgica, el mayor movimiento de la industria siderúrgica ha sido beneficioso para países productores de carbón. La recuperación de los sectores inmobiliario y de infraestructura ha generado un aumento en la compra de coque para abastecer los altos hornos en los que se funde el acero, y esto ha sido aprovechado por los productores.

A propósito de esta oportunidad, compartimos un resumen de las principales estadísticas para los productos relacionados más destacados.


Colombia: proveedor de coque

La relación de Colombia con la metalurgia se basa en el abastecimiento de los altos hornos de las plantas siderúrgicas. Salvo por el oro y el ferroníquel, es un país con producción limitada en minería metálica.

No obstante, cada vez que la siderurgia se recupera en el mundo, la demanda de coque reacciona de manera positiva y los productores colombianos se benefician. Hasta el momento, este tipo de carbón sigue siendo un insumo importante para la fundición de hierro, y no enfrenta las presiones a la baja de la hulla, que ha sido descartada por gran parte de las plantas de generación de energía eléctrica.

En la siguiente tabla se observa el buen posicionamiento que los productores colombianos han alcanzado a nivel global.

En términos generales, Colombia está consolidado como el tercer principal origen de coque a nivel global. Este también es el sexto principal producto de exportación del país, y habría generado ganancias por US $1,200 millones por las exportaciones hechas entre enero y diciembre del 2021, en comparación a US $1,100 millones del 2020.


Chile: festín cuprífero

El principal país productor de cobre también se vio beneficiado por la recuperación de la demanda de metales industriales. La cotización ha subido cerca de 60% en dos años, al pasar de un rango de US $6,6000 por tonelada a un nivel cercano a los US $10,000, un tope únicamente alcanzado a mediados del 2011.

Por ende, los montos generados por las ventas al exterior han sido más elevados que los del 2020 a pesar de haberse vendido menores cantidades. Esto se ha logrado a pesar de las huelgas en La Escondida, la principal mina del país, e incluso en diciembre del 2021 la Asociación de Industria Metalúrgicas y Metalmecánicas (ASIMET) informó que su sector habría alcanzado un crecimiento de 7.7% en su actividad, frente a 5.4% el 2020.

Adicionalmente, y como es previsible, otro metal industrial como el plomo también registró mayores ventas como resultado de la recuperación de los mercados, especialmente la construcción y las industrias pesada y electrónica.


Perú: oportunidad de oro

El caso del cobre en el Perú sigue la tendencia de la recuperación de la demanda industrial y de construcción. Además, el país tiene la particularidad de tener yacimientos polimetálicos y tener tanto metales industriales como preciosos.

De esta forma, la incertidumbre económica resultante de la pandemia y la inestabilidad monetaria internacional ha llevado al alza del precio del oro. Por lo tanto, las refinerías han fundido más barras de doré, que es la presentación en la que se exporta el metal dorado, mezclado con 5% de plata. Con todo esto, según el Marco Macroeconómico Multianual del MInisterio de Economía y Finanzas, la minería metálica habría crecido 15.1% el 2021, y según el reporte Panorama Actual y Proyecciones Macroeconómicas 2020-22 del Banco Central de Reserva, se completaría un alza de 14.4% en el periodo.

En el Perú la industria minera está principalmente enfocada en concentrados y solamente funcionan dos grandes refinerías para los metales industriales y preciosos, que también son puestos en barra de doré dentro de las plantas de las propias minas. Por el momento, la metalurgia sigue siendo parte de la matriz productiva del sector, y puede mostrar buenos resultados mientras los precios y las condiciones del mercado justifiquen su operación, ya que son un negocio de márgenes bajos de alta complejidad operativa.


Dos oportunidades: México Y Bolivia

Desde épocas coloniales, estos dos países han sido fuente de metales preciosos, plomo y otros. La tradición se mantiene con la industria moderna y la recuperación reciente del mercado también trajo buenos resultados.

La siguiente tabla que muestra los principales metales procesados por las refinerías de ambos, y el desempeño de sus exportaciones recientes, deja claro que también se ha dado una expansión considerable en sus exportaciones.

Por encima de todo, la mayor oportunidad está en la continuidad de la expansión de las economías industriales y de la construcción. Pero ambos países tienen más que aprovechar, y a lo igual que en el caso peruano, tiene una oferta polimetálica que incluye oro y plata y puede servir como cobertura ante la incertidumbre económica.


Si el 2021 fue un buen año, el 2022 podría ser aún mejor. Todo dependerá de la capacidad de los gobiernos para mantener las condiciones que propician el crecimiento de la inversión, y del mantenimiento del balance entre las políticas monetarias y el aprovechamiento de ventanas de oportunidad como la que se abre para los metales preciosos durante la transición hacia la estabilidad.

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