El comercio exterior recuperará la economía peruana de la pandemia

Publicado el 06 mayo 2021

El repunte del precio de los metales y la recuperación de los mercados más grandes permitirán impulsar las exportaciones.

Las exportaciones peruanas equivalen aproximadamente a un quinto de la producción de la economía peruana (PBI). Generalmente, son superiores a las importaciones en alrededor de 15%, por lo que las ventas al exterior generan superávit y el comercio exterior es indiscutiblemente favorable para la economía del país.

Durante el 2020, el año más retador en la historia de la economía global, el valor de los envíos peruanos al extranjero fue una de las fuentes de recursos que mantuvo el país a flote. La producción total del país cayó 11.1%, mientras que la balanza comercial subió desde US $6,614 millones hasta US $7,750 millones.

Esta variación no quiere decir que se haya dado una mejora en la forma en que el Perú aprovecha el intercambio con el exterior, porque el factor que la ha ocasionado es el mayor deterioro de la demanda interna en comparación al de la externa. Pero sí es muy importante destacar la importancia de las exportaciones como fuente de divisas: a pesar de que la industria, la construcción y sobre todo, el consumo y los servicios fueron afectados con fuerza por la pandemia, las exportaciones permitieron que la moneda extranjera siga entrando al país y no se haya generado un mayor desbalance en la economía. Además, se ha mostrado una vez más que la economía peruana es menos vulnerable en el frente externo que en el interno.

¿El fin de la turbulencia?

En general, el 2020 ha generado caídas marcadas en todos los mercados, tanto por el impacto de los menores precios como por los menores volúmenes demandados. Sin embargo, desde el segundo trimestre se consolidó la recuperación de la economía china luego de una aparente superación de la pandemia del COVID-19, mientras que el resto de los principales socios comerciales del Perú también han pasado a una etapa de recuperación.

La línea azul muestra una clara recuperación de la demanda china, que además no es estacional por estar principalmente relacionada a metales. En el caso de Estados Unidos, la tendencia es un poco más difícil de identificar por la mayor diversidad del portafolio, que incluye productos estacionales como las frutas y hortalizas. Sin embargo, sí se puede atribuir la subida de la línea naranja al alza del precio del oro, impulsada en el segundo trimestre del 2020 por la incertidumbre ante la pandemia.

Pero si se trata de identificar patrones irregulares, los socios comerciales de menor escala tienen una dependencia aún mayor de los precios. Salvo el caso de Chile, en el que la relación está marcada por el petróleo y los combustibles derivados del mismo, la estacionalidad es marcada.

La siguiente tabla da una idea de la composición de la lista de productos que importa cada uno de los principales socios comerciales, en la que se diferencia la cualidad de China como destino de materias primas, en comparación a la mayor diversidad que incluye productos agrícolas en Estados Unidos y Europa. Tanto las líneas correspondientes a España, como a países Bajos, han cerrado el primer trimestre al alza, en comparación a la caída del año pasado, lo que sugiere que hay una tendencia clara al aumento del valor de las ventas, al margen de la estacionalidad.

Una mirada más profunda

El panorama general es alentador desde la perspectiva de las exportaciones peruanas. Pero para tener una idea más precisa, vale la pena hacer una revisión de los tres productos más destacados del portafolio: el cobre, el oro y las uvas.

El cobre venía de recuperarse luego de la reducción de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China el 2019. Sin embargo, la pandemia impactó a todo el mercado y otros mercados como Corea del Sur o Japón fueron afectados. A pesar de esto, la inminente recuperación de la demanda industrial alrededor del mundo apunta a una nueva alza en la demanda, adelantada por el alza del precio hasta un nivel cercano al máximo histórico de US $4.58 por libra de mediados del 2011.

La trayectoria del oro ha sido un calco de la evolución de sus precios, en respuesta a la demanda por activos estables ante la incertidumbre financiera. En el 2021 las cosas no estarán del todo claras y aún habrá razones para seguir colocándolo en el mercado como una apuesta segura por mantener el valor de los ahorros. En otras palabras, hay razones para esperar que el efecto positivo del metal dorado como un seguro ante la turbulencia financiera continúe.

Finalmente, la uva es por excelencia el ejemplo de cómo la inversión orientada a desarrollar competitividad sobre la base de ventajas comparativas respecto al resto del mundo permite crecer incluso en los escenarios más adversos. Mientras haya espacio para sembrar en condiciones adecuadas a un costo viable, no parece haber límites para el crecimiento de la siembra de uvas, que son consumidas en todo el mundo y se producen cuando ningún otro territorio de la latitud del Perú está en cosecha. Si la tendencia sigue, solo se puede esperar que cada temporada sea mejor.

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