Exportaciones de flores de países latinoamericanos: resistentes a la pandemia

Publicado el 12 febrero 2021

La demanda por flores se ha mantenido a lo largo del último año a pesar de la desaceleración abrupta de la economía global. En esta nota, se muestra la evidencia.

En medio de situaciones complejas, la resiliencia que permite sobrellevarlas puede ser alimentada por medio de lujos asequibles. Una taza de café, una barra de chocolate, una botella de vino, y por qué no, hacerle un regalo detallista a la pareja o adornar la casa, pueden servir como válvulas de escape a la presión acumulada. Y esta lógica parece haberse aplicado durante la pandemia del COVID-19.

En contraste con bienes de alto valor como automóviles u otros vinculados al uso en exteriores como prendas de vestir, la demanda por flores ha mantenido su dinamismo. En las siguientes tablas, se puede observar la evolución del valor de sus envíos desde países latinoamericanos, así como sus principales destinos.

Chile

La producción de flores en Chile es baja debido a la desventaja que implica estar fuera de climas tropicales y a mayor distancia de los destinos, además de tener un mayor costo de mano de obra. Sin embargo, la latitud del país también implica la oportunidad de desarrollar cultivos de tulipanes que permitan abastecer al mercado cuando el hemisferio norte no produce. Mientras tanto, el lilium (lirio liliáceo) es la única variedad que se exporta desde el país.

Con todo esto, Chile es el único país latinoamericano en el que los exportadores han logrado mantener el nivel de sus ventas a un nivel similar al del año anterior, e incluso crecer. Sin embargo, las oportunidades están dadas para aprovechar las ventanas de oportunidad con especies que requieren climas más fríos o tengan mayor valor. Asimismo, la recuperación de la economía china puede ser un factor que favorezca la recuperación.

Colombia

La oferta florícola colombiana es la segunda más grande de los países analizados en esta nota, luego de Ecuador. La extensión del bosque lluvioso y el clima tropical permiten alcanzar una productividad alta, potenciada por la economía de escala alcanzada por la gran cantidad de invernaderos implementados.

A pesar de los problemas en la economía global, los floricultores colombianos han logrado mantener sus ventas e incluso incrementarse en algunas variedades. Dado que el 2021 no debería ser peor que el 2020 para la economía, e incluso se espera una mejora por el avance en la vacunación contra el COVID-19, hay razones para pensar que este año las exportaciones de flores colombianas al menos se mantendrían. Esto tiene aún más sentido si se tiene en cuenta que Estados Unidos, a donde se hace la mayoría de los envíos, será uno de los espacios en los que la inmunización avance más rápido.

Ecuador

Si en algún país queda claro que la demanda por flores se mantuvo alrededor del mundo, ese es Ecuador. Esta resistencia está respaldada por la diversificación de los destinos, que permite contrarrestar los problemas de una economía con el buen desempeño de otra. Por otro lado, al estar en países desarrollados, es esperable que el impacto del COVID-19 sobre los consumidores sea menor en el 2021 debido a la ya mencionada vacunación, que alcanzaría una alta penetración con mayor facilidad.

Un factor que podría llevar a una reducción es la reversión de la presunta tendencia a buscar lujos asequibles si es que la pandemia empieza a ser controlada. Pero si fuera el caso, eso podría ocurrir hacia el final del año o incluso el 2022, en vista de la gradualidad del proceso de inmunización

México

La tendencia al alza también se mantuvo en México. No es un país representativo de la industria florícola, pero su cercanía a Estados Unidos le da competitividad como origen.

Por la razón anterior, lo que ocurra con las exportaciones mexicanas estaría vinculado tanto a la búsqueda de lujos asequibles, como al incremento del poder adquisitivo. En vista del plan de estímulo económico y de la alta capacidad de su vecino del norte, los floricultores mexicanos se enfrentan a dos fuerzas que pueden jugar a su favor, aunque con un descalce temporal: primero actúa el aparente efecto positivo de la pandemia en la demanda por flores, y conforme la pandemia sea dominada, la economía se iría recuperando.

Perú

La industria florícola de exportación es pequeña. Sin embargo, el bosque lluvioso e incluso la costa ofrecen buenas condiciones para implementar invernaderos. Por el momento, la escala alcanzada por Colombia y Ecuador es muy superior y deja la interrogante de si entrar a la floricultura es suficientemente atractivo para los inversionistas.

El crecimiento de las exportaciones peruanas dependerá de la capacidad de convertir a quienes siembran para el mercado local en exportadores, y de si ellos logran establecer asociaciones productivas que posibiliten la eficiencia, por ejemplo, en el caso de las orquídeas. Si las condiciones del mercado internacional han permitido que las ventas de otros países crezcan, entonces el resto depende de lo que se haga dentro de las fronteras. Con todo lo demás constante, el 2021 podría ser otro año de US$7 millones.

¿Más flores?

El 2021 va a ser un año de recuperación económica lleno de efectos rebote, principalmente en los sectores comercio y servicios. Pero no se sabe en qué momento se dará ni en qué magnitud, y los consumidores mantienen la tensión. En otras palabras, los exportadores de flores ofrecen un producto que aún serviría como paliativo que ayude a sobrellevar los problemas de la pandemia.

El mayor reto estará en lograr que la producción siga aumentando en respuesta a la demanda, tanto para evitar inundar el mercado reduciendo los precios en forma perjudicial, como para aprovechar las ventanas de oportunidad. Y desde el 2022 en adelante, el foco debe estar en seguir buscando mercados con oportunidad de crecimiento.

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