Exportaciones de café colombiano crecieron en términos de peso

Publicado el 13 enero 2020

El valor del commodity no subió debido a menores precios, pero el tonelaje de los envíos creció. Mientras tanto, otras presentaciones tuvieron más aumentos.

El último año cafetero, transcurrido entre octubre del 2018 y septiembre del 2019, tuvo una mayor producción que los dos anteriores (14.2 millones de sacos frente a 13.8 millones y 13.9 millones, respectivamente), y fue la segunda más alta de los últimos cinco años, que dicho sea de paso, representan el periodo más alto en la historia del cultivo. Sin embargo, los precios internacionales no permitieron aprovechar en mayor proporción el auge, que es compartido con otros productores como Vietnam (30 millones de sacos, cerca al récord de 30.2 el año anterior) y Brasil (recuperado en un rango cercano a 60 millones de sacos luego de caer a casi 50 millones en los tres años anteriores).

En general, Colombia se ha logrado aferrar a su posición como líder global en términos de balance entre cantidad y calidad en café de la variedad arábica, la más aromática, gracias al manejo de la producción con cultivos renovados o expandidos. En la siguiente tabla, puede verse la evolución de las exportaciones según las diferentes presentaciones utilizadas para exportar el producto.

Un punto importante en el posicionamiento de Colombia como abastecedor del mercado global es que no solo ofrece el producto como commodity (grano sin tostar), sino que los productos terminados como el café molido o descafeinado también han sido bien posicionados. Asimismo, los granos para siembra también han desarrollado un mercado, y es probable que Colombia continúe como abastecedor del resto del planeta, en vista de un éxito productivo que otros países buscan replicar.

Entre los aspectos particulares del modelo exportador colombiano, está la cooperación estatal para las cooperativas, que tienen un manejo gerencial profesionalizado y centralizan la gestión de pequeños agricultores. Se espera que el mercado continúe determinando las expectativas de siembra e inversión, pero por lo pronto, ya se están cosechando buenos resultados de políticas previas.

Cabe precisar, sin embargo, que la producción colombiana deberá estar sujeta a las expectativas del mercado global, y que lo que se espere poner en producción para los siguientes años debe contemplar el panorama internacional para evitar ofertas excesivas. Por lo pronto, la demanda es cautiva, y resulta difícil imaginar un mundo en el que no se consuman tazas para empezar el día, mantener el ritmo y cerrar la agenda. Los mercados más grandes, coincidentemente, son los de mayor actividad ejecutiva, tal como se detalla en la siguiente tabla.

En términos generales, los productores colombianos han logrado buenos resultados gracias a la visión estratégica de la gestión de la Federación Nacional de Cafeteros y las otras entidades involucradas en el sector público para labores de sanidad y promoción, y el privado para desarrollo comercial, inversión complementaria y financiamiento. El único factor realmente incierto es el mal clima, pero es una probabilidad que debe ser asimilada como parte de los riesgos en el modelo de negocios.

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