Sube valor de importaciones de diesel en Bolivia

Publicado el 02 abril 2019

El país altiplánico se vio afectado por el alza del precio del petróleo.

Durante los primeros ocho meses del 2018, el valor de las importaciones de diesel en Bolivia fue mayor al del mismo periodo del año anterior. Esto se dio a pesar de que el volumen disminuyó, como resultado del alza en la cotización internacional.

Entre enero y agosto del 2017, el precio del barril de petróleo WTI osciló en un rango de entre US$ 42.05 y US$ 55.24 y tuvo un promedio de US$49.41, mientras que en el 2018, el rango fue de entre US$ 58.07 y US$ 75.27, y el promedio fue de US$66.37.

En las siguientes tablas, se ve la comparación entre la evolución del valor, el volumen y los precios a lo largo de ambos lapsos de tiempo.

Cabe señalar que Bolivia es un importador neto de petróleo, y que el gas tiene una participación de 41% en la matriz energética, y que al ser un recurso abundante en el país, esta cifra podría ser mayor. Por el momento, el gas es el principal generador de divisas, pero buena parte de las mismas deben ser utilizadas para importar combustibles a base de petróleo, algo que no es de por sí insostenible, pero que podría mitigar si se lograra un mayor uso: factor que también es un reto en un país con una geografía que complica la instalación de ductos.

En cuanto a la procedencia del diesel, predominan países de la región. Cabe señalar que, en gran medida, esto tiene más que ver con un asunto logístico que con uno productivo. El diesel no necesariamente ha sido refinado en Chile o el Perú, pero el hecho de que Bolivia sea un país mediterráneo implica que el producto sea traído por tierra.

Por otro lado, es importante resaltar que la dependencia de Bolivia de las importaciones de combustibles derivados del petróleo será alta si no se invierte en explorar y procesar el petróleo de sus yacimientos. Actualmente la producción es de 3,500 barriles por día, mientras que el Perú, que también pasa por una etapa de baja extracción, produce 40,000 barriles por día y aspira a llegar 100,000.

Es cierto que el petróleo extraído de la selva peruana y boliviana puede ser pesado, pero a pesar de eso, exportarlo para ser llevado a refinerías más complejas instaladas en países de mayor escala en hidrocarburos tiene sentido. Por otro lado, las buenas condiciones para la producción de oleaginosas deberían propiciar un aumento en la producción de biodiésel.

En términos generales, la clave del éxito está en la facilitación del trabajo de las empresas especializadas para lograr extraer recursos que requieren procesos complejos e intensivos en capital y conocimiento. De esta forma, se dará más trabajo a la ciudadanía y se abaratará los costos para los usuarios finales.

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